Animación reciente

El cine de animación ha sido una de las revelaciones del cine español contemporáneo. Más allá de la presencia de los técnicos españoles en buena parte de las grandes producciones norteamericanas de animación, la industria española ha comenzado a elaborar sus propias propuestas, muchas veces dirigidas a los más pequeños. Gracias a la reaparición de los antaño denominados «dibujos animados», las salas han recuperado ese ambiente de cine para todos los públicos que reúne a las familias en torno a historias que nos transportan al mundo de la fantasía. 

«Para los pequeños» parece ser la fórmula que mejor sirve para el mundo del cine de animación. Taquillazos como Planet 51 (2009) o Las aventuras de Tadeo Jones (2012) demuestran que el público infantil es receptivo y se interesa, muy especialmente, por las posibilidades que ofrece la animación en 3D, que demuestra que el cine también puede adentrarse en los mundos más virtuales. Pero la transformación de este área de la industria audiovisual comenzó antes, desde el 2D, desde el cortometraje y desde la televisión, para formar a unos espectadores que serían cómplices propicios de toda la producción cinematográfica reciente.