Jaime Gil de Biedma, poeta póstumo
¿Qué decir sobre Jaime Gil de Biedma? Lo conocí en la mitad de los ’70 y, luego, traduje toda su obra en versos. De él guardo un recuerdo imborrable. (Giovanna Calabrò).
Durante los años oscuros de la postguerra franquista, Gil de Biedma perteneció a una ilustre, culta y rica familia de la alta burguesía; quiso ser poeta; y era homosexual; y fue comunista: todas contradicciones que no facilitaron su vida; sino que, en cambio, era irrequieta, irregular.
La poesía fue una especie de disciplina, en el intento de explorar y mantener juntos todos los factores en juego de su situación existencial. Por eso declaró continuamente que escribir poesía fue una manera para “inventar una identidad”; y nunca falló en la intención de atribuir al “juego de hacer versos, que no es un juego” el objetivo del conocimiento, a toda costa; e incluso pudo imaginar el fin del “Yo”, hasta aquel momento protagonista de su poesía, y escribir los Poemas póstumos.
Pero fue también la razón por la que, conseguido el objetivo, efectivamente dejó de escribir en versos, aduciendo como motivo: “Creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema”.
Es esta capacidad – lúcida y, a la vez, apremiante – de enfrentarse con la “irremediable insuficiencia de la vida” que hace su poesía convincente y, al mismo tiempo, atormentada; porque percibimos la soledad de la que nace la solidaridad a la que anhela, la ilusión que persigue y el desencanto al que llega. Un contraste que lo convierte profundamente en un contemporáneo y, además, lo hace necesario como clásico.
Durante los años oscuros de la postguerra franquista, Gil de Biedma perteneció a una ilustre, culta y rica familia de la alta burguesía; quiso ser poeta; y era homosexual; y fue comunista: todas contradicciones que no facilitaron su vida; sino que, en cambio, era irrequieta, irregular.
La poesía fue una especie de disciplina, en el intento de explorar y mantener juntos todos los factores en juego de su situación existencial. Por eso declaró continuamente que escribir poesía fue una manera para “inventar una identidad”; y nunca falló en la intención de atribuir al “juego de hacer versos, que no es un juego” el objetivo del conocimiento, a toda costa; e incluso pudo imaginar el fin del “Yo”, hasta aquel momento protagonista de su poesía, y escribir los Poemas póstumos.
Pero fue también la razón por la que, conseguido el objetivo, efectivamente dejó de escribir en versos, aduciendo como motivo: “Creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema”.
Es esta capacidad – lúcida y, a la vez, apremiante – de enfrentarse con la “irremediable insuficiencia de la vida” que hace su poesía convincente y, al mismo tiempo, atormentada; porque percibimos la soledad de la que nace la solidaridad a la que anhela, la ilusión que persigue y el desencanto al que llega. Un contraste que lo convierte profundamente en un contemporáneo y, además, lo hace necesario como clásico.
Todo amante de Gil de Biedma está invitado a leer - en italiano o español - en un espacio virtual que poblaremos gracias a la videoconferencia, un poema o fragmento de su obra. Iniciará la lectura la hispanista Giovanna Calabrò.
Si quieres participar en este encuentro que celebraremos por videoconferencia, escríbenos antes del 18 de mayo al correo indicado y envíanos el texto que desees leer (no más de un minuto de duración). Escríbenos también, aunque prefieras asistir sin leer.