El toro, animal temido y venerado a la vez, ha sido objeto de culto en las civilizaciones occidentales ya desde la Antigüedad. Los pueblos del Mediterráneo han considerado este animal como la encarnación del valor, la violencia, la masculinidad, la fertilidad y la realeza. En España la tradición taurina también hunde sus raíces en este rico acervo cultural. Este ritual, que se rige por una serie de reglas estrictas y sugiere una batalla simbólica entre el hombre y la bestia, sigue inspirando a los artistas hasta la actualidad.
La Galería Nacional de Hungría (Magyar Nemzeti Galéria), acoge en la sala de exposiciones temporales una muestra de doce obras seleccionadas de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Budapest: objetos arqueológicos, esculturas, grabados, dibujos, pinturas de todas las épocas desde la Antigüedad hasta nuestros días, a través de las cuales observaremos la tradición ancestral del culto a los toros y el origen de las corridas de toros.
Entre las doce piezas seleccionadas, se expondrán algunas estampas de Francisco de Goya de la serie «Tauromaquia», así como también obras de Ignacio de Zuloaga y Fernando Botero.