Paisajes fluviales de España
Elisa Catalá
España es uno de los países más montañosos de Europa. En las muchas cordilleras que la cruzan nacen ríos que, tras atravesar multitud de paisajes, desembocan en el Mediterráneo o el Atlántico. El recorrido del Ebro, Duero y Guadalquivir nos invita a conocer casi todas las regiones españolas: su cultura, su economía, sus costumbres, su gastronomía ¡y sus vinos!
El río Ebro
Un viaje a lo largo de uno de los ríos más importantes de España. Su nombre en latín “hiberus flumen” es el origen de la península ibérica. Atraviesa 7 comunidades autónomas: Cantabria, Castilla, Álava (País Vasco), La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña. De la abundancia inicial en vinos y productos agrícolas, pasa por zonas semidesérticas; por la capital del culto mariano, Zaragoza, para desembocar formando el tercer delta más grande del Mediterráneo, reserva de la biosfera.
El río Duero
Un río hispano-portugués. Atraviesa primero el norte de la meseta castellana, densa en historia y literatura, con sus extensos campos de cereal y sus famosos viñedos. Deviene después frontera con Portugal a lo largo de poco más de 100 km entre meandros y desfiladeros y desemboca en la ciudad de Oporto, cruzando antes el paisaje vinícola del Alto Douro, patrimonio de la Unesco.
El río Gualdaquivir
Puramente andaluz desde el nacimiento hasta el Atlántico. Cruza Andalucía rememorando la historia de Tartessos, Hispania, Al-Ándalus y la ruta a América: Córdoba, Sevilla y Cádiz. Le acompaña en su ruta el trío agrícola mediterráneo, cereal, aceite y vino. Y desemboca formando una de las reservas ecológicas más importantes de Europa, el Parque Nacional de Doñana, patrimonio de la Unesco.
