El viaje sin retorno del Engelen
Pere Álvaro
Tras la muerte de Fernando el Católico (1516), el reino resultante de la unificación de las Coronas de Castilla León y Aragón espera un heredero para ocupar el trono. El regente Cardenal Cisneros reclama con urgencia la presencia del primogénito de Juana I de Castilla y Felipe El Hermoso para que tome posesión de sus reinos. Carlos, entonces Duque de Braganza y Archiduque de Austria, con tan solo 17 años debía presentarse en España lo antes posible para reclamar su derecho a la herencia de su abuelo. Los nobles castellanos estaban más dispuestos a coronar a su hermano menor Fernando por haber sido criado bajo la tutela de su abuelo el rey católico. Carlos sabía que el paso de coronarse Rey de España le abriría la posibilidad de ser nombrado posteriormente emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Sin muchos recursos en ese momento, recurre a su cuñado Christian II de Dinamarca, casado con su hermana, la Infanta Isabel de Austria, que le presta de su imponente flota, una comitiva de 40 barcos para que emprenda ese viaje a España. La joya de la armada danesa era el Engelen, un galeón-trono de dimensiones desconocidas en el norte de Europa. El viaje se retrasó casi un año. Finalmente, el 7 de septiembre de 1517, acompañado de su hermana la infanta Leonor, embarca en Flesinga (Países Bajos) y zarpa al alba del día siguiente rumbo a Santander. El 19 de septiembre, después de hacer frente a una gran tormenta, el buque llega a las costas asturianas. Mientras Carlos se traslada a Tordesillas a ver a su madre, planea utilizar el Engelen para deshacerse de su hermano Fernando enviándolo a los Países Bajos. El Engelen nunca abandonó las costas de España, el 4 de mayo de 1518 se incendia y se hunde en las costas del Cantábrico donde aún continua. ¿Qué ocurrió realmente? ¿Accidente o conspiración?
Esta actividad forma parte de las actividades realizadas en el Instituto Cervantes en Viena con motivo de la Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea.
