Perseguidos y salvados
Museo del Holocausto (Washington D.C.)
Los Pirineos fueron la vía de salvación de miles de judíos que huían del nazismo, de la Francia ocupada y del régimen colaborador de Vichy. Personas que siguieron las rutas de evacuación existentes en unas condiciones de dureza extrema entre los años 1939 y 1945. Estos caminos, que atraviesan pasos de montaña cercanos a los 3.000 metros de altitud, fueron para muchos la única esperanza para salvar su vida a pesar de las duras condiciones climatológicas y la vigilancia a la que eran sometidos. En muchos casos, la colaboración de la población local fue fundamental para asegurar una travesía exitosa a aquellos que lo intentaban. Este documental es un homenaje a la memoria de los “Perseguidos y Salvados” a través de tres generaciones: los que sobrevivieron, sus hijos y sus nietos. Unas generaciones que, de acuerdo con la planificación nazi de la solución final, no deberían de haber existido.
El documental también es un homenaje a todos los judíos que cruzaron los Pirineos huyendo del genocidio nazi. La producción pretende rememorar la experiencia vivida por las personas que encontraron en la alta montaña una llama de esperanza en medio del terror de la Europa sometida al totalitarismo de Hitler.
Dirigido por Daniel Serra y Jaume Serra y producida por la Xarxa de Comunicació Local, ha contado con el asesoramiento histórico de Josep Calvet, investigador de la Universidad de Lleida y uno de los más reputados especialistas en el tema. El film revive a través de tres generaciones (sobrevivientes, hijos y nietos) la experiencia de cruzar caminando entre la nieve, las mismas montañas que entre los años 1939 y 1945 sirvieron para que miles de judíos salieran de Francia intentando evitar una deportación casi segura a los campos de exterminio. A través de un grupo de seis personas el documental se adentra en el emocionante recuerdo de aquellos que protagonizaron en primera persona la huida de la Europa dominada por los nazis y muestra el choque emocional que supone para los descendientes de aquellas personas reencontrarse con los mismos paisajes y las mismas rutas que recorrieron los pies de sus padres y abuelos intentado escapar del macabro destino que les deparaba la locura hitleriana.
Hoy el Pirineo leridano sigue manteniendo la misma belleza cautivadora que siempre le ha definido. El paisaje de las montañas atrae cada año a miles de personas con su oferta turística. Pero las piedras, los árboles y los caminos guardan la memoria de aquellos que tuvieron que cruzar las montañas en un intento desesperado de preservar la memoria y de conservar también muy viva la experiencia de aquel infausto pasado entre las nuevas generaciones.