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El vacío: Invisible

El vacío: Invisible Fotograma de "Invisible", de Víctor Iriarte

Se trata de un largometraje lleno de ritmo, música, recuerdos entrecortados, creatividad propia, pero yace en el fondo un pozo de amor, la mayor parte de las imágenes de la película, como si de fantasmas se trataran, existen pero no se ven. Con la película buscamos mostrar las diferentes expresiones que puede adoptar el vacío, en este caso, producido por la ruptura de un amor.

SINOPSIS: "Te dije que estaba preparando una película de vampiros y que me gustaría que hicieras la banda sonora. Tú me preguntaste si era una película triste y yo te dije que un poco. Después me preguntaste si era una película sobre nosotros y yo te dije que sí".

“Una película de vampiros. Una película romántica. Una banda sonora". Así define Víctor Iriarte Invisible, su primer largometraje. Podemos apostar que estos tres motivos lacónicos ofrecen, sin embargo, algunas pistas. ¿Por qué "invisible" al principio? Si se evoca una historia de vampiros, contada en fragmentos de cartón, nunca la veremos comenzar, a excepción de algunas tomas concluyentes, en un bosque nevado. Una película puede haber vampirizado a otra. ¿Qué pasa con el amor en esta película de un personaje? Precisamente, en la pantalla, una mujer, siempre sola, dedicada a su trabajo. Sin duda es una mirada de amor (¿terminada? ¿También vampirizada? ¿Vampirizada? ¿O infinitamente continuada?) Que se le trae. En cuanto a la música, omnipresente, ella es la verdadera heroína. Realizada ante nuestros ojos por esta joven música, Maite Arroitajauregi, apodada Musergo (¡el murciélago!). En medio de un estudio de grabación, se pretende producir la banda sonora de la película de fantasmas.
Invisible, por tanto, trenza tres hilos. Imágenes para componerse usted mismo utilizando textos sobre cartulina; un amor manifiesto, pero de ninguna manera declarado: un secreto sobreexpuesto, pero dejado al secreto; la banda sonora de la película y el lento ascenso de su revelado, normalmente oculto. Invisible, este título resulta engañoso, más bien pretende mostrar lo invisible. El del trabajo; el de los sentimientos detrás del trabajo; el que, también, se esconde, en latencia, detrás de todo lo que una película logra mostrar: imágenes fantaseadas bajo las imágenes exhibidas.
Jean Pierre Rehm, FID MARSELLA 2012

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