El retrato enmascarado
Stefan Paruch. Calabera/Czerep1. Serigrafia-sitodruk-calosc (fot. Kwiaciarniagrafiki.pl)
El Instituto Cervantes de Varsovia presenta este proyecto comisariado por Agnieszka Rożnowska-Jasiewicz, profesora del departamento de Diseño de la Academia de Bellas Artes de Varsovia, con él plantearemos un juego de miradas, la mirada del otro y al otro, a través de una exposición con artistas polacos que tendrán como inspiración a Picasso; y unos textos teóricos que se podrán leer en el espacio virtual sobre qué es el retrato, las múltiples máscaras de la figura humana y cómo se articula la visión del otro, además de ofrecernos una reflexión sobre el proceso de creación.
La exposición consta de una serie de propuestas artísticas: Paweł Jasiewicz, Anna Klimczak, Stefan Paruch, Katarzyna Rotkiewicz-Szumska y Agnieszka Rożnowska sobre el tema del retrato en sus diversas formas, desde lo más personal hasta sus aspectos sociales e incluso universales.
El retrato y la máscara son uno de los temas más importantes del arte. El significado mismo de la palabra "máscara" es esencial para comprender la relación entre el retrato y la máscara. En griego se le conoce como prosopon, y del latín como persona.
En las culturas primitivas eran un elemento indispensable de los rituales y la magia, simbolizaban los rostros de dioses, espíritus, demonios y héroes míticos, «animados» a través de los rituales. En el teatro antiguo, el actor usaba las máscaras en el escenario que, para el público, se identificaban directamente con el rostro, por lo que la línea entre la máscara y el rostro real se desdibujaba en el pensamiento de la antiguedad. En la cultura europea moderna, han actuado durante mucho tiempo como fetiches (vendando los ojos), como elementos de un disfraz de carnaval (Venecia), como parte del uniforme del personal médico, pero también como un símbolo para los ladrones —personas que no quieren ser reconocidas—. Hoy en día, como resultado de la cirugía plástica, se han vuelto invisibles y pasaron a formar parte del rostro. Y ahora, en la era de una pandemia, impuesta de acuerdo con el régimen sanitario, nos volvieron a recordar este elemento extremadamente simbólico de la vestimenta y la cultura.
