Actividades culturales

El objeto del escritor

El objeto del escritor Roberto Bolaño y su pipa, por Lisbeth Salas


¿Quién no ha sentido alguna vez fascinación por los objetos, tanto ajenos como propios? Todos tenemos, porque lo adquirimos o lo heredamos, algún objeto amado. Unos llevan amuletos; otros alianzas, plumas estilográficas, lápices, libretas y un largo etcétera. No podemos evitarlo: estamos rodeamos de objetos, de las cosas que nos representan.

Siempre he sentido una irrefrenable atracción por esa intimidad inexplicable que generan los objetos que nos rodean, por las huellas y los secretos que albergan, desde un juego de llaves hasta un monedero. ¿Porque cuántas cosas habrán visto unas gafas? Si las gafas hablasen, me pregunto cuántas historias nos podrían contar.

Así como hay personas que hacen listas, yo hago inventarios de cosas, busco los fetiches de los escritores y los artistas, esos objetos inmóviles en las antípodas de los retratos, que siempre están en movimiento. De alguna manera, un objeto es otra forma de retrato. El retrato, por su parte, es un objeto más y al mismo tiempo un modo de representar la ficción. En mis retratos trato de mostrar a la persona tal como es, sin artilugios, aunque posando, pues a todos nos gusta vernos bien. Al retratar a alguien no hay que presuponer nada sobre la personalidad o la biografía de quien se pone ante el objetivo: durante la sesión fotográfica, todo y nada puede pasar.

Me gusta que me miren a cámara: lo tomo como una conversación. Me apasionan los gestos que no se detectan a primera vista: los labios apretados, las risas nerviosas, las muecas incontroladas, la forma en que colocamos las manos –entrelazadas o en un puño–, los brazos por detrás o cruzados en un gesto de protección. A veces el retratado tiene la mente en otra parte, por una pérdida o por un trance; esto también se deja ver en el retrato: lo invisible ante los ojos, el paisaje del rostro.

Esta muestra trata de los escritores y sus cosas, un recorrido por los secretos de los objetos y las cosas que somos y llevamos puestas, aunque solo sea en la mirada.

(Texto de Lisbeth Salas)

Lisbeth Salas nació en Venezuela y reside en España. Su trabajo se centra en temas literarios, retrato y fotografía documental. Ha publicado los fotolibros Infinitamente serio (sobre Enrique Vila-Matas) y Rostros y decires (sobre Rafael Cadenas), ambos en la editorial La cámara escrita, y, recientemente, Los días y las cosas (sobre Luis Mateo Díez), en el Instituto Cervantes. Es colaboradora del suplemento Cultura/s de La Vanguardia.

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