La bailaora María Moreno nos lleva de viaje por el alma de la soleá, uno de los grandes palos del flamenco, "la madre de todos los cantes", según el poeta español Manuel Machado. Y la prueba de fuego de todo intérprete de flamenco. María Moreno (Cádiz, 1987), estrella emergente de una nueva generación de creadores de danza, se lo toma con brío.
o../o../.o/o./o. es el latido de soleá, un ritmo dinámico de 12 compases que ella y cuatro de sus músicos exploran con gran creatividad hasta el último rincón. Se sumerge en sus silenciosas profundidades y, propulsada por el ritmo siempre acelerado, hace una amorosa deconstrucción del estilo escrito a su cuerpo, llevada por la voz de la joven promesa del canto Ángeles Toledano, las cuerdas líricas de Eduardo Trassierra y la zanfona y el paisaje sonoro de Raúl Cantizano.
El flamenco es un viaje a través de hondas emociones, lo que el surrealista francés André Breton llamaba la beauté convulsive, una belleza impetuosa, que se produce en el momento, como un destello, y luego se convierte en emoción silenciosa. Déjese llevar en este viaje por un elenco flamenco de primer orden.