El Canto de la Sibila (catalán, Cant de la Sibil·la) es un drama litúrgico de melodía gregoriana que tuvo mucha difusión durante la Edad Media en el sudoeste de Europa y que se interpreta de forma tradicional en la Misa de Gallo (Matines) en las iglesias de Mallorca (entre las que destacan las interpretadas en el Monasterio de Lluc y en la Catedral de Palma) y en la catedral de Alguer, ciudad de Cerdeña.
Mallorca, Alguer y Sueca son los tres únicos lugares en los que el canto constituye una tradición desde la Baja Edad Media hasta nuestros días, habiendo quedado incluso inmune de la prohibición acaecida en el Concilio de Trento (1545 - 1563) y a cualquier otra vicisitud.
El 16 de noviembre de 2010 fue declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Previamente había sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el Consejo Insular de Mallorca el 13 de diciembre de 2004.