Madrid, el tiempo y la luz en la obra de Antonio López
Antonio López
Cuando a finales de los años cincuenta Madrid aparece como tema en la obra de Antonio López, es principalmente en un segundo plano. Pero a principios de los años 60 la ciudad se convirtió en protagonista, mientras que el hombre y el tráfico desaparecieron casi por completo de sus paisajes urbanos. Al mismo tiempo, lo que inicialmente parecía un realismo mágico se vuelve casi hiperrealista. Vistas desde la distancia, las grandes pinturas inspiradas en la ciudad de Madrid parecen casi fotorrealistas; sin embargo, de cerca se observan las pinceladas y las ‘imperfecciones’.
Mirando a la altura de los ojos del pintor se ve lo que él ha observado; y entender por qué el tiempo, la luz y el espacio juegan un papel tan importante en la obra de Antonio López. La luz que se percibe es la luz de un momento concreto del día (como en una foto), pero el espacio conserva lo mágico, lo eterno, mientras que la paleta de colores y la composición del cuadro revelan la intervención de un gran pintor.
El tiempo y la luz también se hacen visibles de otra manera, concretamente en numerosos detalles que muestran cómo el centro de Madrid ha ido cambiando durante siete decenios: desde la pobreza y la oscuridad de los años cincuenta hacia la brillantez de hoy en día.