Con la puesta en marcha de esta Tribuna Universitaria, el Instituto Cervantes de Tetuán, la Universidad Abdelmalek Essaadi y las Instituciones participantes (Fundación Yuste Academia Europea e Iberoamericana, el Centro de Estudios de Iberoamérica y la UNED), queremos hacer un homenaje a la figura de Francisco de Vitoria (1485-1546), padre del Derecho Internacional, que tuvo una visión única y adelantada a su tiempo al considerar la existencia de un
totus orbis, que hoy llamaríamos «comunidad internacional». Enmarcado en el Siglo de Oro español, Vitoria se caracterizó por desarrollar una escuela de pensamiento que argumentó muchos de los aspectos que hemos considerado hasta la fecha como el derecho internacional.
Esta escuela de pensamiento se inscribió en el ámbito universitario hispánico del sigo XVI. Sólo entre 1500 y 1560 se crearon, en todo el territorio del imperio español, dieciocho universidades que van a tener como referencia las Universidades de Salamanca, Alcalá de Henares y Valladolid, que eran las más prestigiosas y con más demanda de toda Europa. Estos centros del conocimiento fueron verdaderos polos de atracción para pensadores e intelectuales que desarrollaron ideas y postulados que llegan hasta nuestros días con una inusitada vigencia.
La conocida como Escuela de Salamanca de Derecho Internacional dirigió sus ideas centrales hacia la dignidad de los seres humanos, hacia los derechos humanos que fueron defendidos para toda la humanidad. Esa novedad jurídica fue introducida por Francisco de Vitoria que supo combinar el ius gentium con el derecho de gentes o intergentes, es decir, fue el protagonista de una transición jurídica que se distanciaba del derecho romano y lo acercaba al concepto moderno del derecho internacional.
La modernidad de sus aportaciones está en vigencia y se podría enmarcar como parte del proceso que estamos viviendo de globalización. El objeto de estudio de Vitoria estaba más centrado por los intereses generales, por los intereses de una comunidad integrada, que por los intereses de comunes de los Estados. Veía la sociedad como un todo, un verdadero derecho internacional global, no el derecho que rige las relaciones entre los Estados, sino de los ciudadanos globales. Consideraba el ius intergentes como el derecho del totus orbis, que es una comunidad universal de todos los pueblos políticamente organizados. De manera que su pensamiento estaba centrado en un orden jurídico global que regulaba los intereses generales de una verdadera comunidad internacional unida, integrada y no la de los intereses comunes de los Estados.
Vitoria estaba pensando en un orden jurídico global, en la regulación de los intereses generales de una comunidad internacional unida e integrada, y no pensaba en un orden en torno a los intereses comunes de los Estados.
Esta iniciativa del Instituto Cervantes de Tetuán quiere poner en valor su figura, sus estudios y la vigencia de sus postulados en un mundo cambiante, más globalizado y en el que los conceptos jurídicos, del Derecho Internacional y el de las Relaciones Internacionales están siendo nuevamente definidos.