Esta exposición pretende establecer un diálogo entre dos artistas que difieren de forma notable. No solo la técnica utilizada, el formato o el trabajo de transformación de los materiales, sino también la concepción de la obra y, por supuesto, el proceso de creación. Sus intervenciones no pueden ser más dispares, sin embargo, ambos parten de un único deseo por ofrecer una percepción particular del espacio en el que habitan, con un elemento cromático común que va del blanco al negro y que nos sumerge en un mundo monocromático del paisaje tetuaní.
Chordi Cortés, maestro en imágenes iconográficas, ha dado rienda suelta a su creación en esta muestra, que define como «la atmósfera cálida y sugerente de este país, en especial Tetuán, ―tan novedosa para mí― me ha servido, primero, de guía e inspiración en el análisis y observación de lo que me rodea; segundo, a interiorizarlo, emocionando e impregnando de luz mis sentidos y, por último, ―partiendo de la filosofía y la técnica china, de la pintura de tinta sobre papel― para expresarlo de manera directa y sincera, bañando de inspiración mis pinceles, pasando de lo realista a lo abstracto y de la abstracción a lo figurativo. Sin tapujos ni decoros. ¡En blanco y negro! Exteriorizando así, de manera monocroma, mi percepción del entorno cercano.»
Abdellah Roual, diseñador gráfico, por su parte, ha utilizado su visión artística volcándose en la fotografía y en el trabajo que conjuntamente, con Chordi Cortés, ha realizado. Para Abdellah «La capa de percepción visual es la capa física, que detecta y recopila información sobre el espacio, revelando los signos materiales del lugar. La percepción visual es la capacidad de percibir nuestro entorno a través de la luz. Esa percepción visual de colores, patrones y estructuras ha sido de particular interés en el trabajo individual de cada uno de los artistas, cuya comprensión propia ha constituido el germen de un proceso creativo focalizado en el análisis del medio urbano de la ciudad de Tetuán».
Finalmente, Chordi describe el trabajo que en las últimas semanas han elaborado al unísono de la siguiente manera:
«Tanto las fotografías de Roual, como las obras de Cortés, por sí solas, nos conducen a su mundo interior que intenta y, en muchas ocasiones, consigue emocionar al observador.
La colaboración y participación de los dos artistas ¡va más allá!
Las imágenes fotográficas de Roual, muestran la realidad presente, el detalle de la envoltura de la capa exterior, ¡el cuerpo! de lo representado.
Los dibujos a tinta china de Cortés rebuscan en el interior, en lo que habitualmente no se percibe, lo que llamamos ¡el alma!
Por eso podemos afirmar que en esta muestra de arte, conjunta, se presenta ¡lo personificado en cuerpo y alma!»