El bosque animado
Todos los días el ocioso señor D´Abondo y su fiel criado Rosendo atraviesan la fraga de Cecebre. A veces, el receloso sirviente no duda en exclamar: "¡Parece que estuviera animado el bosque entero!". Así es en realidad, ya que, en cuanto los humanos se alejan, la naturaleza se transforma y se muestra en todo su esplendor, mientras árboles y animales viven en alegre y feliz armonía. Sin embargo, la mano del hombre, que todo lo altera, traerá al bosque desorden y la infelicidad. La colonia de topos empezará a desaparecer, los árboles ya no cantarán canciones que imitan el viento, los gatos se rebelarán contra el hombre y las moscas se dedicarán a incordiar más de lo habitual. El topo Furacroyos, la gata Morriña, el ratón Piorno y el árbol Carballo, entre otros habitantes de la fraga, se alinearán para solucionar los problemas y llevar de nuevo la armonía y la felicidad al bosque animado.