El debut de Ana Guevara y Leticia Jorge fue una interesante apuesta por entrelazar las vivencias del verano de la joven Lucía que perduran como un espacio irreal a lo largo de todo el tiempo estival. Después del divorcio de sus padres se abre una cotidianidad diferente matizada por este hecho. Estas directoras habían realizado dos cortos previamente – El cuarto del fondo (2007) y Corredores de verano (2009) – que se antojan como preclaros precursores de la intimidad que exhibe su opera prima.
Sinopsis: Desde su divorcio, Alberto pasa poco tiempo con sus hijos Lucía y Federico. Los tres parten para las aguas termales una mañana tormentosa. Van a ser unas cortas vacaciones y quieren sacarles el mayor partido posible. Siempre entusiasta, Alberto no quiere arruinar sus planes. Pero las piscinas están cerradas hasta próximo aviso y los chicos lo miran con reproche, de manera que él empieza a perder la calma. Todos están hipersensibles a la vez que el tiempo se vuelve más asfixiante. Mientras tanto, la lluvia cae sin cesar y la casa que Alberto ha alquilado se hace más pequeña hora a hora. [Festival internacional de cine de San Sebastián-Donostia]