Los escenarios de la post-memoria en el teatro hispánico último 2000-2018
El concepto de postmemoria, tal como lo definió Marianne Hirsch para referirse a la repercusión de los grandes traumas del pasado siglo (en particular, del Holocausto) en las generaciones de los hijos de los protagonistas directos de aquellos atroces acontecimientos, se ha venido aplicando cada vez más a las realidades hispánicas, especialmente en antención a las violencias y los crímenes que han marcado las trayectorias históricas y sociales de España y de muchos países latinoamericanos a lo largo del siglo XX. Cuestiones como la fiabilidad del recuerdo hipermediado o la representabilidad del dolor individual o colectivo por parte de agentes de memoria no directamente implicados, así como las controversias, por un lado, sobre la utilidad o legitimidad (moral, social, política) de las escrituras posmemoriales, y por otro, acerca de la viabilidad misma del paradigma teórico de la postmemoria, nos impulsaron a elegir este tema para nuestro Seminario Internacional.
Las generaciones de hijos y nietos, ¿tienen suficiente autoridad para escribir sobre traumas pasados? ¿Cuál puede ser su aportación de cara a la reconstrucción de acontecimientos, contextos, historias personales o colectivas? ¿Cómo puede su voz hablarle al hombre del presente a través de la representación posmemorial? En lo referente al ámbito teatral, ¿cuáles son los rasgos (dramatúrgicos, escénicos, etc.) que consienten clasificar una pieza como teatro de la postmemoria? ¿Existen rasgos que permiten categorizar una producción teatral posmemorial diferenciada con respecto al teatro de la memoria o al teatro histórico? ¿Resulta, finalmente, pertinente la aplicación del concepto de postmemoria a las realidades hispánicas y, especialmente, a sus dramaturgias actuales?