Calderón de la Barca. Presentación de la monografía de Fausta Antonucci
A Pedro Calderón de la Barca, uno de los dramaturgos más importantes del Siglo de Oro, se le deben algunas obras imprescindibles del patrimonio cultural universal. Si en el siglo XVII se hizo famoso fuera de España con comedias cuales La dama duende y El alcaide de sí mismo, hacia finales del siglo XVIII se expandió en Europa la fortuna de El alcalde de Zalamea y, algo más tarde, los románticos alemanes encumbraron dramas como La vida es sueño, La devoción de la cruz, El príncipe constante, La hija del aire. La monografía de Fausta Antonucci pretende ofrecer, más allá de este reducido canon, un panorama completo de la producción teatral calderoniana: comedias y tragedias escritas para los corrales, comedias y dramas de gran aparato compuestos para la Corte. Más allá de las diferencias producidas por la predominancia de lo serio o de lo cómico, este abundante corpus se caracteriza por una sorprendente variedad de registros y de emociones dramatizadas: ternura y diversión, cinismo y conmoción, crueldad, miedo, angustia, maravilla, devoción, heroísmo... Mientras por un lado hay que relacionar este teatro con las coordenadas socioculturales del siglo XVII, por otro es necesario saber ver lo moderno que late en él y que se manifiesta en aspecto diversos, que la autora trata de señalar para arrancar la dramaturgia calderoniana a esa visión a menudo lastrada de prejuicios ideológicos que impiden el aprecio universal que se merecería.