Alberto Salvá. Descubrimiento de un cineasta
Cineasta “de culto”, soñador, rebelde, quijotesco en el más estricto sentido del término, Alberto Salvá (Barcelona, 1938 – Rio de Janeiro, 2011) apostó por un cine sin artificios “imperfecto y sucio”, con el que acceder a lo más recóndito del ser humano. Siempre a contracorriente, según el curador del ciclo Salvá supo mantenerse ajeno a los intereses de la industria y los imperativos de las modas en tiempos de máximo esplendor del Novo Cinema brasileño, al tiempo que reivindicaba la obra de los maestros del neorrealismo italiano y el cine de autor -Ingmar Bergman- sin que todo ello le impidiera situarse como uno de los pioneros del género más popular de su época en Brasil: la pornochachada, equivalente al destape español. La contradicción, en Salvá, forma parte del mensaje.
El presente ciclo, comisariado por Chema Martínez, pretende dar a conocer la obra de un creador apasionado y apasionante, contradictorio y perfectamente coherente, un humanista a su estilo único y particular, algo que se antoja particularmente necesario en tiempos como los actuales. Si en España, la obra de Alberto Salvá resulta, prácticamente, desconocida, en Brasil, donde residió durante la mayor parte de su vida y donde desarrolló toda su carrera artística, ha caído en el más injusto de los olvidos ante los nuevos rumbos tomados por la industria cinematográfica en Brasil y el resto del mundo.