La curva de la felicidad o la crisis de los 40, de Eduardo Galán y Pedro Gómez
teatroautor
Comedia de éxito mundial de Eduardo Galán (1957), conocido dramaturgo, guionista y escritor, catedrático de lengua y literatura españolas, y Pedro Gómez (1966), guionista madrileño que ha colaborado en populares series de televisión españolas. Ha ganado dos veces el prestigioso Premio Buñuel de guion. La curva de la felicidad o la crisis de los 40 se estrenó en 2004 en el Teatro Capitol de Santander. Fue un gran éxito en el teatro Lara de Madrid, donde la vieron 200 000 personas en doce meses.
El regordete y calvo cuarentón Quino, que acaba de dejar a su bella esposa Carmen por un hombre más joven, guapo y rico, tiene ante sí una difícil tarea: vender y mudarse del piso que comparten y encontrar un nuevo lugar donde vivir. En ese momento se presentan en su casa, por turnos, tres hombres de la misma edad: Javier, un transportista que ha venido a recoger las pertenencias de su mujer, haciéndose pasar por un gran hombre de mundo y un rompecorazones para todas las mujeres, felizmente casado en ese momento; Fernando, un elegante parapsicólogo, marido de la psicóloga de su mujer, que también se está divorciando y a quien Quino recibe instrucciones de su esposa para vender el piso; y su viejo amigo Manuel. El indeciso Quino, sumido en la autocompasión, es incapaz de decir "no" a nadie y firma un contrato para vender el apartamento a los tres. Cuando todos se reúnen en el apartamento e intentan llegar a un acuerdo con Quino, acaban acordando que el apartamento no se venderá a la "ex" de Quino y que Quino, Fernando y Manuel vivirán allí juntos y disfrutarán por fin de una vida libre. Además, seguro que harán las delicias de las jovencitas, que a buen seguro se interesarán por hombres tan maduros y mundanos. Con el tiempo, Javier, cuya mujer también le abandonará, se mudará con ellos. La convivencia dista mucho de la idílica idea original, no hay planeadas fiestas salvajes ni éxito con las mujeres. Aún así, los hombres intentan convencerse mutuamente de que la vida sin esposas es la adecuada para ellos... hasta que un día suena el timbre y Carmen está en la puerta, volviendo a casa.