El diario de una camarera
Celestine, una doncella, ha conseguido un nuevo empleo en el campo. La familia Monteil, los aristócratas para los que va a trabajar, resultan ser muy peculiares: la señora es frígida, el esposo está siempre cazando (animales y mujeres), y su padre es un fetichista de los zapatos. Celestine será entonces testigo de las más diversas excentricidades de sus patrones.
Una de las mejores películas de Buñuel, basada en la novela de Octave Mirbeau; propone un discurso tan corrosivo como iconoclasta que, irónicamente, se desarrolla a través de un tono aparentemente sereno y reposado.