El techo de la ballena
La película de Raúl Ruiz, rodada en los años ochenta, es una sátira a la antropología, la lingüística y el imperialismo cultural. La trama sigue a un peculiar equipo de lingüistas en su viaje a una ficticia Patagonia para estudiar a los últimos hablantes de una lengua en extinción, cuyo vocabulario se reduce a una sola palabra que, paradójicamente, lo significa todo. Con humor, imaginación y un estilo visual único, El techo de la ballena invita a reflexionar sobre la fuerza del cine para crear realidades, estereotipos y fantasmas culturales. El propio Ruiz describió la obra como “una película impresionista” que combina estructura lineal y recursos del cine de vanguardia francés de los años veinte y treinta —cámara lenta, lentes especiales y técnicas experimentales—. Aunque la narración se presenta con claridad desde el inicio, lo que se despliega es un universo onírico, cercano a la pesadilla, que refleja los miedos personales del director como latinoamericano. Sinopsis: Un millonario comunista sudamericano conoce a un antropólogo y a su esposa en una terraza holandesa y los invita a un viaje a su casa en la Patagonia. Allí se encuentran los últimos dos hombres que quedan de los Yaganes, un pueblo indígena que habitó Tierra del Fuego. Su lengua aparentemente consiste en una única palabra, que lo significa todo.
