El Instituto Cervantes de Pekín acaba el año con un homenaje a Ana María Matute en el centenario de su nacimiento, con una exposición bibliográfica que rinde homenaje a una autora imprescindible, cuya obra transformó el panorama narrativo de la posguerra abriendo nuevos caminos en la forma de contar, de mirar y de sentir.
Escribió desde las heridas de su tiempo, pero también desde la desbordante fuerza de su imaginación. Perteneciente a la llamada «Generación de los Niños Asombrados», supo captar con una sensibilidad extraordinaria el desgarro de quienes crecieron en la posguerra, convirtiéndose en una de sus principales narradoras.
Además de su indiscutible talento literario, Matute fue también una mujer valiente que luchó por hacerse un lugar en un ámbito cultural dominado por hombres, y por reivindicar su voz en una época que silenciaba a tantas creadoras. Su trayectoria es testimonio de perseverancia, de pasión por la libertad y de una firme defensa de los derechos de las mujeres. Su ingreso en la Real Academia Española, su prestigioso reconocimiento con el Premio Cervantes y su influencia en generaciones de escritores y lectores reafirman la vigencia de su legado.
Esta exposición es, ante todo, una invitación a redescubrir a Ana María Matute. A la narradora magistral, pero también a la mujer que, con decisión y coraje, abrió puertas para quienes vinieron después.