Nos hacemos falta
José Luis AntuñaUn hermano de ocho años recién descubierto, un colega calvo y perverso, un camión con cargamento clandestino en el que viajar por el desierto, y una novia que no acaba de aparecer por ningún lado: todo eso y un pinball en el que centellea la falta que nos hacemos y que une a los personajes —huérfanos todos, y alguno de ellos en más de un sentido—que pululan por este largometraje. La orfandad acaba por impregnar la propia película, que, eso sí, nunca pierde ese cierto punto entre irónico y socarrón, como de quien se ríe de su propia mala suerte.