Vainilla, la película dirigida por Mayra Hermosillo, se desarrolla en México a finales de la década de 1980.
Siete mujeres de tres generaciones diferentes viven en una casa grande, unidas por una batalla común: salvar su hogar de la ejecución hipotecaria, aplastadas por una deuda que se cierne como una amenaza silenciosa. La familia está compuesta por madres, hijas, hermanas y tías, y observando todo con ojos abiertos y curiosos está Roberta, una niña de ocho años que se mueve entre estas figuras femeninas fuertes pero frágiles.
En medio del caos emocional y doméstico que la rodea, la niña se embarca en un viaje íntimo para descubrir su propia identidad.
A través de sus ojos, la infancia se entrelaza con las luchas diarias de las mujeres adultas, en una historia que mezcla ternura y dolor, alegría y resistencia. La crisis económica y familiar se convierte en una oportunidad para que Roberta cambie la forma en que se ve a sí misma y a quienes la rodean. Ya no son solo madres y tías, sino mujeres complejas, llenas de deseos, contradicciones y sueños.
Una historia coral donde el amor, la pérdida y la esperanza se mezclan en un retrato vívido de una familia que enfrenta el cambio con heroísmo y la fuerza invisible que se transmite de una generación a la siguiente.