Concierto de clausura de la exposición Los Españoles en Nápoles. El Renacimiento meridional y el homónimo ciclo de conferencias a cargo del ensemble italiano Micrologus.
Las obras seleccionadas para el concierto describen el momento vivido por la nobleza napolitana de esa época. El clima de decepción hizo que los aristócratas napolitanos se reunieran en torno al de mayor rango de entre todos ellos, Ferrante Sanseverino, príncipe de Salerno, en cuyo palacio, en la actual Piazza del Gesù de Nápoles, se reunían como en la verdadera corte que los virreyes no habían querido recrear. Aquí se experimentaron las primeras comedias con música para voz sola, un primer preludio de la ópera florentina, y diversas formas de música virtuosística, tanto vocal como instrumental. Cuando el emperador Carlos V llegó a Nápoles en 1535, Sanseverino, que era de sangre real, regaló al soberano las primeras villanelle alla napoletana, interpretadas por los músicos nobles de su séquito. Tras la partida de Carlos, fuente de otra decepción para la ciudad, se imprimió en Nápoles, en 1537, el primer libro de villanelle. Aparentemente era un género de canción popular y simplificada, pero en realidad los textos napolitanos, incomprensibles para los españoles, constituían un emblema nacional de resistencia. Los músicos nobles vinculados a la familia Sanseverino, apoyaron el primer levantamiento antiespañol de 1547, y el poderoso virrey Pedro de Toledo aprovechó la ocasión para mandarles al exilio a ellos y al príncipe de Salerno. El virrey Toledo se dio cuenta entonces de la importancia estratégica de la música en la sociedad napolitana y decidió reactivar la Capilla Real después de medio siglo de inactividad, pero al principio solo la integraron extranjeros, sobre todo españoles de confianza llamados a Italia con el título de “homo de arme”. Así llegó a Nápoles, como primer maestro de capilla del virrey, el toledano Diego Ortiz. A partir de ese momento, la música volvió a ser el orgullo de toda la ciudad, gracias al pacto entre los nobles napolitanos y españoles, y la imprenta musical comenzó a difundir las nuevas modas compositivas que se habían difundido en la ciudad.
El ensemble italiano Micrologus ha abierto el camino en Italia, entre muchos grupos de música antigua, a un redescubrimiento de la música medieval. Fundado en 1984 por los músicos umbros Patrizia Bovi, Goffredo Degli Esposti y Gabriele Russo, junto con Adolfo Broegg (1961-2006), crearon más de 60 espectáculos y publicaron 29 CD, algunos de los cuales ganaron premios importantes. Son invitados regularmente en muchos de los festivales y lugares más importantes de Europa y del mundo. Sin embargo, la clave del éxito de Micrologus con el público es su estilo musical excepcionalmente vivaz, y, sobre todo, accesible, que combina colores instrumentales variados con polifonía vocal.