Un paisaje
Sara MayoralLa intervención diseñada específicamente por Eduardo Palomares para la serie Sesiones Metabólicas crea un paisaje imaginario en el que tiempo y espacio colapsan. Barros traídos del Isar, ramas y maderas de su ribera redibujan los espacios, mientras montículos de sal de los Alpes cristalizan y las aguas saladas del mediterráneo y el cantábrico se distribuyen en contenedores cocinados con tierras locales. Estos elementos naturales conectados esencialmente, pero distantes geográficamente conviven en una metáfora sobre la adaptación emocional que exige el habitar un contexto social distinto al de origen. Y forman el paisaje de balcones-lluvia, paredes de sal, pasamanos-sendero y nidos-redes cuya porosidad alude a la propia de todo lugar de encuentro multicultural. Esta suerte de paisaje construido celebra la permanente mutabilidad de la naturaleza y es una invitación a su apreciación desde una perspectiva romántica.