El sol del membrillo
El artista Antonio López trata de pintar, durante la maduración de sus frutos, un árbol, un membrillero, que hace tiempo plantó en el jardín de su casa. A lo largo de su vida, casi como una necesidad, el pintor ha trabajado sobre el mismo tema en muchas ocasiones. Cada año, con la llegada del otoño, esa necesidad se renueva. Lo que el artista no ha hecho nunca en su pintura del árbol es introducir entre sus hojas los rayos del sol. Dado el estilo realista que le caracteriza, esa tentativa posee una gran dificultad. En esta ocasión decide afrontarla, pero lo hace como es habitual en él, sin perseguir siquiera el acabado del cuadro, sin otro afán que permanecer unas semanas junto al frágil y generoso árbol.