El alma del pueblo
Yanisbel, una especialista y defensora de los títeres, entra en escena para hablar sobre tradiciones amenazadas, maestros sin discípulos, coleccionistas, sobre las diferentes formas de construir los títeres, y de transmitir a los más jóvenes el oficio, según las distintas culturas. Comienza haciendo referencia a Don Cristóbal, el héroe popular español, títere de guante prácticamente desaparecido. Y recuerda aquella función histórica llamada Títeres de cachiporra, que hicieron Manuel de Falla, Federico García Lorca y Hermenegildo Lanz en Granada en 1923. De la pantalla van surgiendo también títeres de diferentes lugares del mundo: un calao, marotte de la tradición maliense, llega de pronto a las manos de Yanisbel, un hada vietnamita que baila sobre el agua se coloca en el centro de la escena, y se crea una rica confabulación entre unos planos de realidad y otros