Vengo
Caco (el bailaor Antonio Canales, en su debut cinematográfico), un orgulloso y díscolo gitano andaluz con mucho peso en su comunidad, no logra superar el dolor por el trágico e incomprensible suicidio de su querida hija y vive completamente atormentado y entregado a su negocio, un burdel de poca monta. Acompañado por Diego (Orestes Villasan Rodríguez), su joven sobrino, al que una minusvalía física le impide hablar pero no sentir una verdadera pasión por todo tipo de fiestas, las mujeres en general y, por supuesto, el flamenco, Caco ahoga su profunda pena entre juergas y alcohol en una desenfrenada carrera hacia la destrucción física y moral. Lo único que lo sostiene es el amor hacia su sobrino Diego.Estamos en Andalucía, en el sur del Sur de Europa, donde el concepto del honor está muy arraigado entre los gitanos y es uno de los pilares de sus vidas.