Queridos niños

Amelia es una profesora universitaria candidata a la presidencia de España que contrata para sus discursos a un veterano periodista, Basilio, con un pasado como reportero político sin escrúpulos y un presente sombrío y sin horizonte. Cínico e irreverente, tan gordo que merece el apodo de Hipopótamo, propenso a la borrachera secreta, Basilio se embarca en la gira electoral a bordo de un autobús de personal y echa gasolina a cada situación, provocando y dando lo mejor de sí mismo, es decir, lo peor de lo "políticamente correcto", mostrándonos, escenario tras escenario, el despreciable trasfondo de una campaña electoral en la que los "queridos niños" son los votantes a los que hay que engatusar y llevar de la mano a una dudosa victoria. Una sátira despiadada e hilarante de la política y los políticos, una vibrante "autobiografía del resentimiento", en la que la maestría de David Trueba reside también en hacer partícipe al lector de la amoralidad e incluso del cuestionable comportamiento del protagonista.