La posibilidad de la ternura
"Quizá nuestras manos serían incapaces de hacer daño si no nos hubieras obligado a destinarlas a la única demostración de poder": tras Paisajes para no colorear (2018), Teatro La Re-Sentida sube a escena a siete adolescentes que reflexionan sobre lo que significa convertirse en hombres, libres de las ataduras de una masculinidad brutal.
En un mundo marcado por las guerras, el odio racial, la discriminación y los abusos perpetrados principalmente por hombres, el ejercicio de la ternura adquiere un poder revolucionario.
En La posibilidad de la ternura, un grupo de siete chicos chilenos de entre 13 y 17 años deciden resistirse al mandato cultural que los quiere agresivos y autoritarios. A través de un proceso de creación colectiva, los jóvenes, liderados por los directores Marco Layera y Carolina de la Maza, construyen los cimientos de su propia masculinidad, abriéndose, por primera vez, al diálogo con los demás y a la libre expresión de los afectos.
Frente al miedo a ser insultados, humillados y marginados, intentan responder, juntos, a una pregunta: ¿cómo hacer de la ternura una práctica política?