Las celebraciones de un aniversario son siempre ocasiones importantes para hacer un balance del pasado, del presente y establecer las pautas para el futuro.
Cuando el motivo del aniversario es una Constitución el acontecimiento resulta aún más importante porque involucra a toda una población: su historia, su identidad y sus perspectivas.
En el caso de la Constitución española, la celebración es particularmente satisfactoria porque nos permite festejar el final de décadas de dictadura y la reconquista de la democracia gracias a un proceso constituyente lineal y ordenado, que ha sentado las bases para un rápido y solido desarrollo político, civil, económico y social.
Cuarenta años después, gracias a ese punto de inflexión, España es una nación vanguardista, protagonista en Europa, abierta y dinámica.