Es mi hombre
Don Antonio se ve acuciado por la miseria y las deudas. Ante la necesidad de cuidar y mantener a su hija Leonor se ve abocado a probar los más inopinados trabajos, que sin embargo, no le duran... Hasta que, a propuesta de su amigo Mariano, consigue colocarse de vigilante en un casino, frecuentado por malhechores. Antonio termina fortuitamente atemorizando a los hampones y recibe por ello un pequeño capital, que finalmente deberá ser defendido por la propia hija.