El 47
En 1978, Manolo Vital, un conductor de autobús de Barcelona, desafía la narrativa oficial: los autobuses no pueden subir las empinadas calles de Torre Baró, un barrio del extrarradio. Cansado de esa mentira repetida por el Ayuntamiento, toma el autobús de la línea 47 para demostrar lo contrario. Este acto de rebeldía pacífica desencadena un movimiento vecinal que transformó los suburbios y sentó las bases de la Barcelona moderna, elevando el orgullo de las raíces obreras y la fuerza de la solidaridad vecinal.
