Suna

Suna es una mujer solitaria y pobre de unos cincuenta años que se gana la vida como señora de la limpieza. Cerró su casa hace mucho tiempo. Se queda en casa de familiares y amigos. El hijo de un viejo amigo de la familia ayuda a su suegro viudo Veysel a casarse con Suna. Suna comienza a vivir en una casa antigua en un pueblo desierto con Veysel, dejando Estambul y cansándose por un imán. Suna, que empieza a ver todo lo que hace su esposo, no puede soportar estar en la misma cama con él. Entre ellos comienza un problema de convivencia. Suna, cuya psicología va en deterioro, comienza a beber a escondidas de Veysel.