Concepción Rodríguez-Espina García-Tagle, más conocida como Concha Espina, nació en Santander, el 15 de abril de 1869.
Contrajo matrimonio con Ramón de la Serna a los 24 años y más tarde se trasladaron a Chile, donde comenzó a escribir en periódicos locales. Regresaron a España en 1898 y, diez años después, se separó de su marido y se trasladó a Madrid.
Sus colaboraciones periodísticas en España y América y el éxito de sus novelas le permitieron vivir de su escritura. Recibió los más prestigiosos galardones de la Real Academia Española: Premio Fastenrath (1914) por La esfinge maragata, Premio Espinosa y Cortina (1916) por El Jayón, Premio Castillo de Chirel (1924) por Tierras de Aquilón, Premio Nacional de Literatura (1927) por Altar Mayor y Premio Cervantes de Novela (1949) por Un valle en el mar.
Fue pionera denunciando las duras condiciones sociales de España, como sucede en su novela El metal de los muertos.
En 1929, Alfonso XIII la envió como embajadora extraordinaria a Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo y fue profesora invitada en Norteamérica. En 1935 representó al gobierno de la II República en las celebraciones del IV Centenario de la Fundación de Lima.
Fue propuesta al Premio Nobel de Literatura por veinticinco nominadores de España, Estados Unidos, Francia, Chile, Colombia, Checoslovaquia, Italia y Suecia en nueve ediciones, entre 1926 y 1954.
Los últimos quince años de su vida padeció ceguera, pero continuó escribiendo. Tras haber corregido la segunda edición de sus Obras Completas murió en Madrid el 19 de mayo de 1955, a los 86 años.
Impartirá la conferencia Alfredo Pérez de Armiñán, académico de la Real Academia de Artes de San Fernando en calidad de especialista en la protección del Patrimonio cultural y en la gestión cultural, siendo en la actualidad Vicedirector-Tesorero de esa Corporación, y además es biznieto de Concha Espina.