Non mi posso lamentare
Esta es una oficina de reclamaciones peculiar. Un lugar que funciona fuera de los límites del tiempo, al que los usuarios van a desahogarse. En ella, dos empleadas trabajan en un escritorio en el que los papeles tienden a acumularse, mientras intentan encontrar soluciones a los absurdos problemas que les plantean. Una carpa y un conejo son fuentes frecuentes de inspiración en su resolución de conflictos.
