Tristana
Don Lope, un artistócrata distinguido, acoge en su casa a Tristana, cuya madre, en su lecho de muerte, le pidió que la cuidara como un padre. Pronto los sentimientos protectores de Don Lope ceden lugar al deseo, se siente atraído por la joven huérfana y la convence para que comparta la cama con él. Tristana (Catherine Deneuve) acepta esta relación amoral pero un día se enamora de un joven pintor, Horacio, y decide escapar de la casa de Don Lope para empezar una nueva vida. No pasa mucho tiempo y Tristana, ahora muy enferma, decide volver con su viejo tutor.
Buñuel lleva a cabo un estudio perspicaz de pasiones humanas ofreciendo un drama psicológico ambientado en el contexto político-social de la España de los años veinte del siglo pasado. El hipócrita y libertino Don Lope, según admitía el mismo director, encarnaba sus propios defectos y vicios. Pero el personaje más fascinante de la película es sin duda Tristana: con su transformación psicológica y rebeldía, representa uno de los retratos femeninos más poderosos en el cine del maestro aragonés.