La Magdalena penitente
De El Greco se decía que pintó con un trozo roto de una cruz de madera, sin hacer ninguna corrección, para que "cada mancha de pintura corresponda a la voluntad de Dios". Sin embargo, no es la mano de Dios en acción, sino la fe apasionada y el talento de su pintor, lo que forjó una nueva unidad orgánica a partir de las dos grandes tradiciones pictóricas de la cristiandad.
Descubre las claves de esta obra maestra: la muerte y la inmortalidad, el erotismo y la pureza, lo terrenal y lo celestial. Toda una experiencia de catarsis espiritual.