Exposición colectiva que muestra obras de diecisiete artistas españoles, seleccionados por los comisarios Juan Cuéllar y Roberto Mollá.
La arquitectura, el dibujo, el urbanismo y la pintura recorren un mismo camino mirándose, como corredores de fondo, siempre de reojo. Si la arquitectura moderna fue absolutamente permeable a la pintura de las primeras vanguardias, la pintura ha convertido la estructura, el orden compositivo y la geometría implícita de la arquitectura en un escenario que es al mismo tiempo generador y soporte de ideas. La arquitectura, el dibujo, el urbanismo y la pintura recorren un mismo camino mirándose, como corredores de fondo, siempre de reojo. Si la arquitectura moderna fue absolutamente permeable a la pintura de las primeras vanguardias, la pintura ha convertido la estructura, el orden compositivo y la geometría implícita de la arquitectura en un escenario que es al mismo tiempo generador y soporte de ideas. Son muchos los artistas españoles que, a contracorriente de un estilo contemporáneo perfectamente institucionalizado y asimilado, han mantenido su compromiso con la pintura y con el cuadro, reivindicando, incluso con hastío de tantas veces como tienen que hacerlo, la superficie pictórica como espacio de absoluta libertad, como máquina para pensar idónea y como soporte adecuado para realizar lo que, en su independencia, han concebido. Y muchos de ellos, especialmente los pertenecientes a la Figuración Postconceptual o próximos a ella, se sirven habitualmente de la pintura de arquitecturas como armazón, objeto o escenario de sus ideas. Los artistas seleccionados en esta exposición construyen su poética y dibujan su perfil a través de la visión de sus ciudades, de viajes reales o imaginados y de la relación del individuo con su entorno urbano.