Actividades culturales

Igra

Igra María Alperi

El trabajo de la compañía Kor’sia se va definiendo como una agrupación a la que le gusta hurgar, mirar, revisar y analizar el pasado de la danza para revestirlo de presente. Se sienten guiados por dos pensamientos ajenos y complementarios. Por un lado, el de Paul Valery cuando aseguraba que “no hay poemas terminados, solamente hay poemas abandonados” y por otro, el concepto de “archivo” del teórico André Lepecki, que da valor a retomar una obra del pasado como presente. No se trata de reinventar la obra del coreógrafo ni tampoco contar su vida. Su investigación se afinca en el artista y su contexto, en la moral de doble rasero de una época, de un momento clave y muy relevante del siglo pasado, en el que casi disimuladamente una élite intelectual librepensadora europea allanaba el camino de una revolución artística, social y sexual, entonces reprimidas por una sociedad conservadora, machista, patriarcal y heteronormativa. En su nueva obra, Kor’sia se acerca a los dos hermanos rusos Nijinsky/Nijinska desde sus verdaderas motivaciones, desplegadas en escena a partir de la sensibilidad de nuestro tiempo y no desde las [restrictivas] maneras que a ellos les tocó vivir. Como es usual en Kor’sia la potencia visual juega un papel determinante en Igra, que sin ser un docudrama bailado sobre aquel tiempo y aquellas obras, está llena de referentes, que aparecen de manera sutil e intermitente. Toda la representación la vemos a través de un velo negro traslúcido que crea una sensación de distancia entre ellos y nosotros. Pero no una distancia física sino temporal, un efecto que nos remite a esas viejas fotografías con mucho grano de principios del siglo pasado. La propuesta, recurre a los blackouts constantes para preguntarse acerca de lo humano y lo animal, lo masculino y lo femenino, construyendo así una estructura de flash que transporta al espectador a cuadros de gran potencia visual y poder de seducción con su cascada de imágenes, sugerentes y surrealistas, que juegan entre lo pasado y el presente. Con esta estructura de blackouts también se consigue, tal vez simulando que se trata de los trozos encontrados de una coreografía perdida, una que ya no se puede reconstruir por completo, y dónde De Rosa y Russo citan figuras de Les Noces y dan ampliada geometría a la acción lúdica. La música electrónica se acerca a los ritmos de las danzas rusas, la inclusión de Chopin, compositor polaco, parece querer recordar que aunque Nijinsky nació en Kiev y su hermana Nijinska en Minsk, su familia era polaca y el mismo coreógrafo no se consideraba ruso. También están presentes las metáforas. Jeux reproducía un juego de tenis pero del juego del que quiere hablar es el de la seducción. Igra, en definitiva, no reproduce ni recrea, pero en ella moran los espíritus de los célebres hermanos.

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