Oleg y las raras artes

«Las manos de Oleg son como las paredes del Hermitage, tienen los mismos colores y dibujos. Se mueven al ritmo de una música que solo él escucha mientras cierra los ojos. Todo es hipnótico en la película: la majestuosidad del museo, la música, el piano de oro de los zares, pero sobre todo la pequeña figura de Oleg». (Rocío Cabrera).

Sinopsis: A los 89 años, Oleg Nikolaevich Karavaichuk sigue siendo una figura controvertida y enigmática para la cultura rusa. ¿Quién es ese hombre que parece sacado de un cuento de Gogol? ¿Es acaso un siervo del Zar Nicolás II a quien le fue confiado el piano del palacio para mantener vivo el espíritu de otros tiempos? Oleg desafía con su arte la identidad de su país transformándose y reinventándose a cada instante. Nacido en 1927, Oleg fue un niño prodigio que tocó el piano para Stalin, fue alumno del Conservatorio de Leningrado y a lo largo de su carrera escribió música principalmente para teatro y cine, por ejemplo, para Muratova y Paradjanov. En Rusia es admirado por su música y su forma de tocar, pero también por su singular y excéntrica personalidad.