Este documental sitúa al Greco en su contexto histórico para entenderlo como creador de un nuevo lenguaje artístico. A partir de su experiencia en la pintura de iconos, su gran logro fue traducir los misterios de la religión en imágenes que hablaban al hombre de los siglos XVI y XVII, comunicándole visiones místicas de una manera que ya entonces se reconoció como innovadora. Aquí se explica cómo el Greco logró un estilo tan personal y cuáles fueron las claves de su arte, que llegaría a ejercer una enorme influencia en la pintura moderna a partir de 1860.
La historia es un fascinante viaje en el espacio y en el tiempo: desde su Creta natal, donde fue artífice de pequeñas imágenes de devoción, hasta su residencia definitiva en Toledo, donde pasó a crear retablos gigantescos en iglesias y conventos, sin olvidar su paso fundamental por Venecia y Roma, donde tuvo pleno contacto con los maestros del Renacimiento italiano. Su personalísima síntesis de las técnicas pictóricas de oriente y occidente produjo uno de los estilos más originales de la historia del arte europeo.