Diseñadores con mucha letra
A diario, en la calle, en el trabajo, estamos en contacto continuo con millones de caracteres tipográficos, a través de libros, pósteres, señales de tráfico, paneles, rótulos. La tipografía es una representación gráfica del lenguaje. Cada tipografía tiene sus orígenes, sus matices, su historia y además confiere a los objetos una voz propia que podemos identificar; puede advertirnos sobre un peligro, incitarnos a comprar, mostrarnos la seriedad o ligereza, establecer la jerarquía de la información, hacernos reír. Es interpretar, de manera visual, la comunicación verbal.
El signo tipográfico es uno de los elementos más activos en la evolución cultural de la Humanidad; surge del diálogo entre lo suave y lo áspero, lo holgado y lo estrecho, lo amorfo y lo geométrico, lo desordenado y lo alineado, lo planeado y lo inesperado. Esta creación responde a proyecciones tecnológicas y artísticas, por ello es reflejo de una sociedad, incluso de una civilización. La tipografía como expresión visual del lenguaje crece aumentando su diversidad y se transforma continuamente para adaptarse al despliegue de la palabra y de la innovación cultural y tecnológica. La tipografía se ha revalorizado en todos los campos artísticos gracias a las obras de los diseñadores gráficos.
En el siglo XIX, el trabajo de los tipógrafos quedaba reservado a proyectos puramente editoriales. Las convergencias entre arte, tipografía y diseño gráfico han dado lugar a sucesivas generaciones de diseñadores que asumen y defienden una necesaria conversación entre tipografía y diseño gráfico.
Diseñadores con mucha letra, pretende mostrar, a través de algunos de los mejores estudios, que esta conversación está particularmente viva en el diseño gráfico contemporáneo español.