Homenaje a Javier Marías
El reciente fallecimiento de Javier Marías (1951-2022) ha suscitado una avalancha de juicios sobre su obra, muchos de ellos auténticos ditirambos en obituarios y homenajes. Pero, más allá de los elogios, Marías ha sido una figura imprescindible y un referente insoslayable de la literatura en castellano del último tercio del siglo XX y primero del XXI. Quizás por ello su nombre sonaba cada otoño en la prensa internacional como firme candidato al Premio Nobel de Literatura en español. Narrador temprano (publicó su primera novela a los 19 años) y autoexigente, Marías supo construir con paciencia y rigor una obra coherente y sólida, cuyas señas de identidad -en definitiva, su estilo- es tan reconocible como inimitable.
Escritor minucioso y con un ritmo de producción lento y paciente, sus novelas, en las que abundan los narradores irresolutos y dubitativos, constituyen lúcidos comentarios oblicuos sobre el mundo que le ha tocado vivir, que es el nuestro.
Esa misma autoexigencia y rigor es también la característica del resto de su obra: artículos periodísticos, ensayos, viñetas y comentarios sobre los más variados asuntos, desde la política nacional e internacional a la comedia de costumbres y la sátira urbana.
Marías nunca quiso ser un escritor elitista, como atestiguan no solo la importante recepción internacional de su obra, con tiradas semejantes a las de los "best-sellers", sino su constante preocupación por los distintos niveles de lenguaje (en 2006 fue elegido Académico de la Lengua Española) y su evidente interés en algunos de los procedimientos expresivos y temáticos del cine y la cultura popular.