Nacemos de la tierra
«Nacemos de la tierra» (Louis Bidou et Aurélie Marques. Lunlaya, Bolivie, 2018)
El documental narra los viajes entrelazados de dos curanderos Kallawaya, Apolinar y Aurélio, entre el pequeño pueblo de Lunlaya, a las puertas del altiplano boliviano, y la capital, La Paz. Sus trayectorias entrelazadas nos invitan a reflexionar sobre la evolución de las prácticas curativas y el papel de los textos antropológicos en la construcción de la memoria.
La medicina kallawaya está profundamente arraigada en las relaciones entre los reinos animal, vegetal y mineral, y resulta de un intercambio biológico y epistémico entre los tres niveles ecológicos andinos: el altiplano, los valles y las tierras tropicales. En términos más generales, esta medicina, forjada a lo largo de los siglos por médicos itinerantes que recorrieron gran parte de Latinoamérica, da testimonio del entrelazamiento de conocimientos y la coevolución con la biodiversidad a escala continental.
En 2003, la UNESCO declaró la ciencia y el consumo del pueblo kallawaya Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Reconocida por la riqueza de su farmacopea y sus rituales terapéuticos que movilizan los elementos fundamentales —tierra, agua, aire y fuego—, la medicina kallawaya se practica tanto en las comunidades del Altiplano como en las clínicas de la ciudad de La Paz. La película muestra la interdependencia entre la transmisión del conocimiento kallawaya y la posibilidad de seguir habitando el territorio y mantener una relación sagrada con los ecosistemas, los elementos y los lugares espirituales. La historia de Aurelio y Apolinar revela tanto la capacidad de esta medicina para adaptarse al mundo moderno como los riesgos de su debilitamiento.