Terruño
Inma Barrero
La artista Inma Barrero se inspira en la naturaleza y el cuerpo femenino. Experimenta con formas y veladuras de diversas culturas y tradiciones, traspasando fronteras en busca de nuevos lenguajes. A menudo surrealistas y poéticas, sus esculturas parecen cobrar vida y habitar sus espacios de exhibición.
Jardines está compuesto por tres paneles que llegan hasta el techo como un tríptico sagrado, adornados con piezas de porcelana trabajadas individualmente y grabadas con las huellas dactilares de Barrero. Las piezas hacen referencia a la arquitectura y la cultura de su España natal, incluida la tradición morisca de cubrir las paredes con azulejos de cerámica, así como imágenes y motivos que adornan los altares de las iglesias en España y América. Las delicadas piezas de porcelana llenan el espacio con su presencia, como palabras recitadas en voz alta. Barrero incorpora a menudo fragmentos de cerámica en su obra. Árbol de la Vida llena el jardín de fragmentos de porcelana que parecen brotar del suelo. Se arrastran por la corteza de un árbol vivo, abrazándolo, elevándose como una serpiente, pero también evocando órganos internos, frutas, partes de animales: un árbol de la vida.
En su tríptico final llamado Brujerías se proyecta un cortometraje en tres pantallas. La proyección muestra a la coreógrafa Blanca Li bailando flamenco en la casa de Barrero ubicada en Sevilla. Su danza rompe el vestido y lanza fragmentos de porcelana en todas direcciones, destruyendo nociones preconcebidas de lo femenino y lo doméstico para sentirse liberada.
