Telma, el cine y el soldado

A sus 74 años, Telma tiene tres sueños por cumplir. Son los que le confiesa al espectador en los primeros minutos de la película, y los que generan empatía inmediata. Uno de esos sueños es reunir a su hija Lili con el Tano, aquel soldado con el que intercambió cartas durante la guerra de Malvinas, y que prometió visitarla a su regreso. El Tano y Lili nunca llegaron a conocerse personalmente, y los sucesivos intentos de averiguar cuál fue su destino tampoco prosperaron. Entonces esa ausencia llegó a hacerse tan presente que, cuenta Lili, el Tano ya era casi un miembro más de la familia.