Hubo una vez un ambicioso sueño de unir los océanos, que surgió en el siglo XVI. En 1880, el ingeniero francés Ferdinand de Lesseps, conocido por su éxito en el Canal de Suez, lideró el proyecto para construir un canal a través del Istmo de Panamá. Sin embargo, su ambición se encontró con enormes desafíos, como la difícil topografía y enfermedades mortales que llevó a los franceses a abandonar el proyecto en 1889.
En 1904, luego del fracaso francés, ingenieros estadounidenses como John Stevens y George Washington Goethals, reanudaron la construcción, implementando además medidas de salud pública, lideradas por el Dr. William Gorgas, que ayudaron a combatir las enfermedades que habían afectado a los franceses.
El 15 de agosto de 1914, el S.S. Ancón se convirtió en el primer barco en cruzar el canal, inaugurando una vía que transformaría el comercio mundial.
Sin embargo, el control estadounidense del canal generó tensiones, y en la década de 1970, Panamá, bajo el liderazgo de Omar Torrijos, inició negociaciones que derivaron en la firma de los Tratados Torrijos-Carter. Estos acuerdos, firmados en 1977, establecieron un cronograma para la transferencia del Canal a Panamá.
Finalmente, el 31 de diciembre de 1999, el canal volvió a manos panameñas, cerrando un capítulo de más de un siglo. El Canal de Panamá, símbolo de ingenio y perseverancia, continúa su misión de conectar mundos, ahora bajo la bandera de la nación que lo vio nacer, convirtiéndose en un relato de sueños, desafíos y soberanía.